FICHA TECNICA:
Distancia: 79,29 kms
Desnivel acumulado positivo: 1.400 m
Desnivel acumulado negativo: 1.474 m
Cota máxima: 708 m
Cota mínima: 0 m
Tiempo:7 h 34 min
Velocidad media: 10,50 km/h
Hoy es mi última día, salgo completamente de noche, sobre las siete de la mañana y por carretera. Voy llevando mucha precaución.
La ruta de hoy me sorprende ya que no esperaba que iba a ser tan bonita, al estar llegando a San Sebastián.
El terreno está perfecto, casi toda la mañana me voy encontrando con mucha niebla.
Al ser el último día, pensaba que ya estaba hecho, pero se me hace dura la ruta de hoy, debido a que los repechos aunque cortos son muy duros.
Los valles verdes, la niebla, la lluvia amenazando ( en algún momento me cae algo, pero muy poco), el suelo mojado, caballos en libertad, etc... hacen que vaya más despacio de la cuenta, y disfrutar de todo ésto, pero lo que suele pasar en estas rutas que por un lado estás deseando acabar, pero por otro te gustaría seguir más días.
Al llegar a Arantxa se me borra la ruta del gps no se porqué, pero me oriento bien. También se me cae al tomar un bocado el móvil al suelo y se me rompe la pantalla.
Llego al último puerto de mi transpirenacia y al subirlo pego un grito de rabia y a la vez de alegría. Ya solo me queda descender y al pensar que ya lo tenía hecho me llevo un susto, ya que el descenso es bastante peligroso y más con la lluvia que ha caído. Tomo precaución que lo importante es llegar. Me viene a la memoria la llegada que tuve en el camino de Santiago, al partir dos radios en el monte de Gozo.
Al terminar el descenso, entro en una vía verde muy bonita que la hago durante varios kilómetros. Dejandome ya en Donostia.
Este último día me he dado cuenta lo importante que es la mente para todo. Hoy quizá es la ruta que más dura se me ha hecho, debido a que estaba mentalizado que me quedaba poco comparado con lo que había hecho, y cada repecho me costaba más que algunos de los grandes puertos. He aprendido para otra aventura. De ahí "Pedalea más la mente que las piernas".
Sobre las dos y media llego a la playa de la Concha, llamo a mi mujer para ver donde están. Me están esperando allí mismo. Me pongo una camiseta que he llevado escondida todo el viaje, dándoles las gracias por su apoyo y compañia. Cuando los veo me acerco a ellos y me han preparado una pancarta que al leerla me emociono y se me saltan unas lágrimas. GRACIAS, OS QUIERO.
Fin de mi reto, el cual pensaba que no iba a poder terminar, al ser la ruta de montaña más dura en España. Pero he ido día a día y puedo decir que apenas he sufrido y he disfrutado de una manera que sólo el que la haga sabrá lo que se siente.
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