Hoy hacemos una nueva ruta con raquetas, aprovechando nuestra estancia en el Valle de Arán. Vamos sin GPS a seguir un GR, que está bien señalizado. Mi hermana Mari no puede acompañarnos, ya que hoy es el día que hace de guía con los franceses en la subida al Lago Baciver.
Salimos sobre las 10:00 h. para empezar esta aventura, que de entrada no se presenta fácil, por las inclemencias del tiempo. Está cayendo una fuerte nevada, pero lo peor no es eso, si no que hace mucho viento y mucho frío.
Hoy me acompañan: mi mujer, mi hermana Ana, mis sobrinos Jaime y Hugo y mi cuñado Jose.
Salimos desde Tanau por la carretera en ascenso buscando el desvío del GR. La subida se hace muy dura y al llegar al desvío, Fina y Hugo deciden hacer autostop para volver a casa, ya que el frío pasa sus consecuencias y antes de que vaya a más evitamos posibles riesgos.
Los demás decidimos seguir, pensando que a peor no podía ir, pero sin olvidar que estamos en alta montaña y tiene sus riesgos. El aire nos va dando de cara y cayendo nieve si parar, sigue haciéndose un poco duro. Los gorros y las bragas se puede apreciar que van congelados.
Tras un buen rato llevando el aire de cara, nuestro camino se empieza a meter hacia la derecha y vamos encontrando refugio al tener justo enfrente una montaña que nos resguarda del viento. Y menos mal, porque Jaime también iba pasando un mal rato, llevaba la cara helada y le empezaba a doler la cabeza del frío. Un par de veces paramos y le voy calentado con mis manos (ya sabes Jaime, cuando sea viejo me lo tendrás que devolver....).
Salimos desde Tanau por la carretera en ascenso buscando el desvío del GR. La subida se hace muy dura y al llegar al desvío, Fina y Hugo deciden hacer autostop para volver a casa, ya que el frío pasa sus consecuencias y antes de que vaya a más evitamos posibles riesgos.
Una imagen vale más que mil palabras. |
Los demás decidimos seguir, pensando que a peor no podía ir, pero sin olvidar que estamos en alta montaña y tiene sus riesgos. El aire nos va dando de cara y cayendo nieve si parar, sigue haciéndose un poco duro. Los gorros y las bragas se puede apreciar que van congelados.
Vamos mis valientes. |
Mi sobrino Jaime y yo camuflados, je,je... |
Tras un buen rato llevando el aire de cara, nuestro camino se empieza a meter hacia la derecha y vamos encontrando refugio al tener justo enfrente una montaña que nos resguarda del viento. Y menos mal, porque Jaime también iba pasando un mal rato, llevaba la cara helada y le empezaba a doler la cabeza del frío. Un par de veces paramos y le voy calentado con mis manos (ya sabes Jaime, cuando sea viejo me lo tendrás que devolver....).
A partir de este tramo y con mejor visibilidad, la ruta es una pasada. Casi toda ya en descenso y buscando el pueblo de Bagergue, vamos disfrutando y no poco. Hay tramos que la nieve nos llega hasta la cintura.
Por cierto que mi hermana Ana, va tocada de la rodilla desde antes de la ruta de los lagos y aguanta bien, aunque con dolor.
Bagergue abajo |
El descenso hasta Bagergue me recuerda a mi Transpirenaica en bicicleta. Camino similar a lo que iba haciendo entonces. Esta parte me deja con ganas de volver, pero en mejor época para hacer esta zona en bici. Lo intentaremos.
Cruce de caminos, rutas por todos lados. |
Al llegar al pueblo, vuelvo a llamar a mi mujer para decir que vamos bien. Me encanta el pueblo y se nota que es de gente de dinero. Muy tranquilo y con casas que tela.
Con mis raquetas. |
Aún hay restos de la Navidad. |
Puente en el río. |
Anécdota del final de la comida. |
A pesar del principio de la ruta, con la dureza del clima que hemos tenido, la ruta es recomendable 100%.
Dar la enhorabuena a todos, por aguantar y hacer que al final saliera todo bien. En especial a Jaime por lo valiente que ha sido, eso vale para todo en la vida.
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